martes, 30 de noviembre de 2010

CUANDO ME AMÉ DE VERDAD (Charles Chaplin)

Cuando me amé de verdad comprendí que en cualquier
circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora
correcta y en el momento exacto y entonces, pude relajarme.

Hoy sé que eso tiene un nombre…”AUTOESTIMA”

Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y
mi sufrimiento emocional, no es sino una señal de que voy
contra mis propias verdades.

Hoy sé que eso es…”AUTENTICIDAD”

Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera
diferente y comencé a ver todo lo que acontece y que contribuye a
mi crecimiento.

Hoy eso se llama…”MADUREZ”

Cuando me amé de verdad, comencé a percibir como es
ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, solo
para realizar aquello que deseo, aún sabiendo que no es el
momento o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.

Hoy sé que el nombre de eso es…”RESPETO”

Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que
no fuese saludable…, personas, situaciones, todo y cualquier cosa
que me empujara hacia abajo. De inicio mi razón llamó esa actitud
egoísmo.

Hoy se llama…”AMOR PROPIO”

Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí
de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro.
Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero
y a mi propio ritmo.

Hoy sé que eso es…”SIMPLICIDAD”

Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y
con eso, erré menos veces.

Hoy descubrí que eso es la…”HUMILDAD”

Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y
preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es
donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez.

Y eso se llama…”PLENITUD”

Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y
decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, ella
tiene una gran y valiosa aliada.

Todo eso es…”SABER VIVIR!”

“ No debemos tener miedo de confrontarnos…
…hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas. ”

CUANDO PIENSES EN MI (VIOLETA LUNA)



cuando pienses mi
encuéntrame en las cosas
más sencillas
en esas cosas leves y profundas
encuéntrame en el viento
y en el arco celeste de la tarde
y llénate de estrellas las mejillas

seguramente es algo que se tiene
en el recuerdo
seguramente es algo que se tiene
entre las manos
seguramente es tu mirada
dejándose querer como la música

MAS DE VIOLETA LUNA

LA HIERBA

Cuántas cosas que pude haberlas dicho
y no las dije.
Cuántas horas que pude disfrutarlas
y no fueron.
Cuántas letras que se quedaron sueltas
sin remedio.
Cuánta vida que pudo ser raíz
y es hoy astilla.

Por conservar las normas de algún juego,
por no poder salirme de las reglas
no pude ser gaviota
ni marinera espuma.
Y apenas me quedé como la hierba:
tenaz y humedecida.

VIOLETA LUNA (ECUADOR)

POR CULPA DE LOS NUMEROS

Por culpa de los números
estuve siempre mal en todo cálculo.
Por no poder usar los logaritmos
la cuenta de mi vida se fue al suelo.
Jamá hallé mi siete
ni pude poner cifras a mis letras.
No supe el porcentaje de mis fraudes.
Tal vez por eso mismo
no tuve nada exacto.
Por no poder restar decimales
me fui llenando de humo,
de vientos y palomas
y nunca pude ser un tres resuelto.
Se me quedó en la nada
mi signo con tu máxima potencia.
Y siempre me rebotan
las gélidas fracciones del olvido.
Por culpa de los números
no me entendieron nunca.
Por culpa de esas plagas
jamás hallé la ruta de la lógica,
jamás un mar tranquilo,
jamás un tiempo eterno.

Por no poder hacer raíz cuadrada
no tuve un edificio de esmeraldas
ni alfombras voladoras.
Me fui quedando pobre,
sin amuletos propios
ni talismanes mágicos.
Por olvidar el álgebra
no pude ser brillante
y apenas me quedaron las gaviotas
y un cráneo lluvioso
en donde hace columpio el arcoiris.
Por culpa de los números
se me cayó la casa de la suerte
y hasta el amor más firme
se fue por la tangente.


CADA UNO

Cada uno construye su casa como quiere.
La pone sobre el aire,
la siembra en la cintura de la luna
o encima de las olas.

Cada uno
la pinta de manera diferente,
la baña con el cielo
y el oro verdidulce de la tarde.
La llena de jilgueros,
de música y hortensias.
Encima del verano la edifica.
Le pone una ventana al horizonte,
una terraza al mar
y un pájaro de bronce en el tejado.

Cada uno
la salva de la furia del invierno,
le pone verjas altas,
faroles importados de Neptuno,
estufas de Chicago
y espejos fabricados en Arabia.
Cada uno la mide y la corrige.
En forma vertical la va agrandando.
Le pone un tiembre eléctrico
y un número de plata.

La cuida del mendigo que la ensucia,
del niño que le roba una gardenia,
del pobre que la mira.

Cada uno acomoda su casa a su manera,
presume y aparenta,
construye su existencia tontamente
con trapos, pergaminos y billetes,
con vigas antisísmicas
coñac y pararrayos.

Qué lástima pero ninguno
construye a su medida su refugio
con sólo la verdad de cada día
y el sol bien compartido.
Qué lástima que nadie se haga casas
a prueba de mentiras, olvido y desamor.

Yo quiero hacer mi casa a mi manera
sin puertas ni cortinas.
La queiro dulce y tibia
en medio del camino de tus brazos.